-Creo que el castigo por alta traición sigue siendo la muerte –dijo secamente el Premier mientras devolvía la pistola a su sorprendido guardaespaldas.
-Que alguien retire el cadáver –dijo uno de los asistentes rápidamente- Y que se encarguen de quemar el cuerpo para que no vuelva a levantarse.
La explosión tuvo lugar poco después sin que nadie dijera nada de lo sucedido más preocupados por la prueba que por la muerte de un militar.
Una bola blanca no demasiado grande se formó a cierta altura por encima de la ciudad y posteriormente se comenzó a formar la familiar nube con forma de seta.
-Creía que sería más grande –señaló extrañado el Premier recordando pruebas nucleares previas.
-La carga explosiva es mínima dado que la principal característica que buscamos no es la destructiva sino una rápida reacción de los neutrones –le explicó un científico.
-¿Qué debemos esperar ahora? ¿Veremos cómo se desintegran los zombis? –Preguntó el premier mirando las pantallas.
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