Jornada 01 Destino final (6)


Montejano se lo pensó durante un minuto pero por su cara parecía que no estaba convencido. Vázquez suspiró, parecía que lo que había pasado en el castillo realmente había sido grave.

-Piénselo de esta otra manera. Si Ibáñez descubre que le hemos engañado y tiene claro en qué barracones están los civiles y en cuáles los militares, morirán accidentalmente después de tratar de escapar o de revelarse o quién sabe. ¿De verdad quiere correr ese riesgo?

El comisario volvió a calcular los escenarios que tenía ante sí. Después del tiempo pasado en el castillo el escenario que planteaba Vázquez no parecía tan descabellado. Al fin y al cabo alguien había tratado de silenciar a Marc sin descubrirse el culpable. A lo largo de toda aquella crisis había visto pasar cosas muy extrañas, el carácter del comandante Bonet se había ido agriando con el paso del tiempo; parecía tan lejos aquel rescate que había montado en las Ramblas la víspera de Reyes. Y ahora se encontraba en otra encrucijada. Era cierto que si les quisieran muertos les habrían dejado pudriéndose en el castillo a su suerte y que no podía dudar de la gente con la que estaba encerrada. Pero aún así… Y claro, tenía que convencer al resto de civiles de aceptar militares compartiendo barracones. Tal vez podía montar un sistema de vigilancia para las noches, dejar un par de personas vigilando por si acaso.

-Está bien, podemos probar. Pero no tengo muy claro que los demás acepten.

Jornada 01 Destino final (5)


-Me parece que su idea de separar a los civiles y a los militares no es buena –le dijo tapándose la boca por si alguien estaba interesado en lo que decía y trataba de leer sus labios.

-¿Qué quiere decir? Creo que sería lo mejor, para rebajar las tensiones. Esta gente ya ha tenido suficientes problemas como para tener que estar ahora preocupados de dormir sin saber si se levantarán.

-A eso me refiero precisamente –señaló Vázquez- Mire, no sé qué pasó en el castillo. Y no quiero saberlo. Quiero que tenga en cuenta que los soldados que estamos aquí en la cuarentena o bien nos jugamos el pellejo para salvarles o bien son supervivientes como ustedes. Si quisiéramos matarles les habríamos dejado en el castillo a su suerte.

Jornada 01 Destino final (4)


Los vehículos se volvieron a poner en marcha en dirección al área que se usaba, teóricamente, como zona de cuarentena. Era un espacio cerrado por muros de dos metros y torretas de vigilancia y en su interior un patio y varios barracones.

Vázquez dejó que el comisario Montejano organizara los grupos en los que se separaría la gente para dormir en los barracones. O al menos eso pretendía hasta que vio que estaba separando a los civiles de los militares. Se acercó al comisario y le indicó que debía hablar con él aparte sin que nadie más les escuchara.

Jornada 01 Destino final (3)


Ibáñez se quedó unos segundos pensando en su sitio mientras miraba los camiones. El puñetero Vázquez tenía razón, a saber a qué podía haber estado expuesta toda aquella gente rodeada de zombis. Y tampoco es que pudieran escapar sus presas, esta vez se había asegurado de ello. Había escogido gente de su confianza para que le acompañaran ahí en el patio. Bueno, les pondría en cuarentena y haría que les vigilaran. No se les escaparían. Esta vez no. Además, la espera sería gratificante. Ellos sabiendo que estaban en sus manos y que iban a ser castigados severamente por lo que habían hecho.

-Es mejor poner a los supervivientes en cuarentena –dijo voz en grito Ibáñez- Y a los soldados involucrados en la operación también -añadió sonriendo y posando su mirada en Vázquez. Así le sería imposible urdir algún plan para salvar a su querido sargento. La venganza era suya. E iba a saborear cada segundo de la misma.

Vázquez sonrió. Había ganado unas cuantas horas, al menos hasta que a Ibáñez se le ocurriera que podía buscar a los fugitivos usando las cámaras de vigilancia del complejo de cuarentena. Aunque no había pensado en que a él también le pondrían en cuarentena lo cierto es que no le importaba demasiado. No tenía ningún negocio en ese momento que requiriera su atención y así podría pensar tranquilo en algún plan para salvar todas aquellas vidas.

Jornada 01 Destino final (2)


-Capitán, gusto de volver a verle y que esté tan bien de salud –dijo a modo de saludo-. Supongo que todo este despliegue es por seguir el protocolo de cuarentena, ¿verdad?

-¿Perdón? –Preguntó confuso Ibáñez que parecía tener poca paciencia- ¿Qué cuarentena?

-Ya sabe… esta gente ha estado en contacto directo con los zombis… Debemos ponerles en cuarentena antes de infecten el cuartel general. Y no queremos que eso pase, ¿verdad?

-La cuarentena –dijo lentamente Ibáñez- Creo que la cuarentena puede esperar.

-Por supuesto, es su carrera la que está en juego… y su vida –señaló Vázquez- Dios no quiera que alguno de los supervivientes esté infectado y al no separarle de los sanos… bueno… tengamos un brote aquí en medio de la noche. Y si el Mando se entera que no ha respetado la cuarentena y ha provocado problemas, ya sabe. Los puntos conseguidos por su audaz plan para recuperar el castillo de manos de los zombis los perderá más rápido que lo que tardó yo en fumarme un cigarrillo.

Jornada 01 Destino final (1)


Era noche cerrada cuando el convoy con los supervivientes del castillo de Bellver llegó a la base General Asensio. A sus puertas les esperaba el capitán Ibáñez impaciente, acompañado de una docena de soldados, seguramente esperando encontrar a sus presas dentro de alguno de los camiones.

Vázquez esbozó una triste sonrisa. Cuando descubriera que todo aquel despliegue había sido inútil montaría en cólera. El problema era que lo pagaría con lo primero que encontrara, y eso eran los periodistas supervivientes. Por más que le había dado vueltas al asunto mientras volvían no encontraba una solución al problema. Y Escobar no había sido de mucha ayuda. Incluso se había negado a darle más cigarrillos, el muy tacaño.

Ibáñez había comenzado a ordenar a los camiones que aparcaran nada más entrar y a los soldados del patio que rodearan los mismos armas en mano. Vázquez pensó que tal vez todavía podía ganar un poco de tiempo y saltó rápidamente de su vehículo dirigiéndose corriendo hacía su superior.

Jornada 03 Días del futuro, pasado (71)


30 de marzo de 2010 (2 de 2)

Pero formando pequeños grupos no veo un camino fácil dado que aunque corra tendré a esas cosas rodeándome por todas partes. Y si me pongo a disparar llamaré todavía más la atención.

He pensado en acabar con ellos disparando desde la azotea del edificio pero eso volvería a ser un problema dado que sí, mataría una docena, pero seguramente llamaría la atención de un centenar de las calles de alrededor y pronto la calle estaría más invadida todavía.

Así que creo que me quedaré en casa calentito, bien alimentado y revisitando mis series de televisión, mis películas y mis tebeos, que tengo para varios años. Y esperaré a que otro resuelva el problema. Que al fin y al cabo quiero vivir para contarlo.

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Jornada 03 Días del futuro, pasado (70)


30 de marzo de 2010 (1 de 2)

Hoy he subido hasta la azotea del edificio, en parte para probar el sistema de escalada. Lo cierto es que da algo de vértigo y seguramente no podría haberlo conseguido sino hubiera estado entrenando todo el mes. Acabé con los brazos y las piernas casi dormidos.

La vista de la calle no es alentadora. Hay zombis por todas partes. No son demasiados individualmente pero hay un par en una esquina, cuatro patrullando un cruce, tres en otra esquina. No forman grupos numerosos y están desperdigados por las calles lo que es un grave problema.

Si todos estuvieran juntos podría ganarles por velocidad, o llamar su atención y atraerles a otro sitio.

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Jornada 03 Días del futuro, pasado (69)


28 de marzo de 2010.

Ya casi he terminado con las cavidades en la fachada. Las he acabado haciendo para todo el edificio de manera que puedo acceder a la azotea o al tejado del garaje según me convenga. Algún vecino se asomó cuando comencé a hacer ruido. Bueno, más bien cuando le desperté de su siesta y se puso a quejarse. Fue un diálogo interesante dado que al parecer no recordaba en aquel momento que, tal y como venía haciendo hasta aquel momento, debía quedarse en silencio haciéndose el ‘zombi’. Así que cuando comenzó a quejarse le respondí con un “Hombre, me alegro que esté vivo vecino, ¿todo bien?”

El hombre se cabreó todavía más y amenazó con sacar la escopeta si seguía burlándome de él. En serio, estando colgado de la fachada, ¿cómo podía pensar que estaba bromeando? En fin, que hay gente que tiene muy mal despertar. Y después de eso no volvió a dar señales de vida.

He hecho un par de pruebas y creo que le he cogido la mecánica al sistema. Además he estado probando un sistema para esconder las cuerdas mientras no las tenga que usar y así la gente se lo pensará dos veces si quiere escalar la fachada.

Ahora sólo quedar preparar el viaje y decidir qué me llevo y qué dejo y diseñar un primer plan de acción.

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Jornada 03 Días del futuro, pasado (68)


16 de marzo de 2010.

He comenzado la construcción de los escalones en la pared. La cosa ha ido lenta al principio porque no tenía mucha confianza en nada: el tiempo estaba tonto, no tenía claro si las cuerdas aguantarían, o si las herramientas servirían, o si podría excavar en la pared para hacer agujeros.

Mientras hacía el primer escalón se me ha ocurrido que a lo mejor tampoco necesitaría hacer cosas muy anchas como tenía pensado al principio. Simplemente podría hacer agujeros en los que cupieran mis manos emulando lo que se usa en los muros de escalada de práctica. Los podría asegurar con cemento para que aguantaran más y no se deshiciera en mis manos y usar guantes en combinación con las cuerdas de seguridad. Creo que sería más rápido dado que podría emplear más fácilmente pies y manos y los podría hacer escalonados de cuatro en cuatro de izquierda a derecha. Seguramente sería más rápido y seguro.

Y si veo que no acaba de funcionar, siempre puedo volver al plan original dado que sólo tendría que ampliar las cavidades. Además, creo que así no castigaré tanto la fachada.

Claro que, ahora que lo pienso, todo este invento puede ser un arma de doble filo, no porque lo puedan usar los zombis para colarse en mi piso sino porque alguien, y estoy pensando en gente con malas intenciones, podría usar este invento para colarse en casas ajenas y tratar de robar armas, munición o provisiones. Que no sería la primera vez que pasara algo así.

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