¿Cómo? –preguntó haciéndose el sorprendido Zafra . ¿La jodida cabalgata? Pero si es marrón del quince.
Cuide su vocabulario Zafra –le advirtió el comisario . Y no se haga el olvidadizo. A cambio de disfrutar todo agosto de vacaciones usted se encargaba de los preparativos de seguridad de Reyes.
Zafra se rascó la cabeza pensativo.
Pues no consigo recordar esa conversación, comisario –dijo Zafra intentado zafarse de tener que vigilar la cabalgata.
Zafra, por el amor de Dios, no me sea mezquino –respondió el comisario subiendo algo el tono de su voz . Y no me obligue a recurrir a otros métodos para hacer recordarle.
Finalmente Zafra suspiró. Sabía que el comisario Montejano le tenía cogido por los mismísimos y tampoco era cosa de cabrear al viejo, no demasiado.
Bien, bien, usted gana, organizaré el dispositivo de vigilancia –dijo como si estuviera haciéndole un favor al comisario . Pero como algún crío se me acerque o me tiren un caramelo y me dé en los ojos… no respondo de mí.
Bueno, bueno, no será para tanto –respondió el comisario moviendo la mano en señal de que eso no pasaría.
Y si no es indiscreción, ¿cómo es que este año no se ocupa usted del dispositivo? –preguntó con cierta mala idea en el tono de su voz Zafra.
Mi mujer me ofreció voluntario para llevar a mis nietos a la cabalgata –dijo Montejano encogiéndose de brazos . Y ya sabe que dónde hay mujer no manda marinero. Así que estaré en la cabalgata, pero con mis nietos. Así que espero la mejor protección posible este año o rodarán cabezas.
Zafra tragó saliva. Ahora sí que tenía un marrón encima. No sólo tenía que vigilar la cabalgata sino que tenía que salir todo perfecto, jodidos niños… con razón había seguido soltero y se había alejado de los críos todo lo posible. Sólo hacían que dormir, cagar, y comer. Un agujero de tiempo, dinero y vida. No, mejor seguir soltero y no complicarse las cosas.
¿Desea algo más? –preguntó Zafra esperando que la respuesta fuera negativa y no hubieran más sorpresas a la vuelta de la esquina.
El comisario se quedó pensativo durante unos segundos mientras parecía hacer memoria.
Ah sí, averígüeme cómo es que no había ninguna patrulla en el Parc de la Mar el otro día cuando apareció un grupo de zombis –le ordenó el comisario Montejano . La alcaldesa no está muy contenta de que los militares se estén poniendo medallas.
Zafra volvió a tragar saliva. Menos mal que el comisario estaba peleado con la tecnología dado que sino seguro que habría averiguado que le tocaba a él estar por la zona… y el caso es que lo estaba… pero en el bar tomándose una cervecita tranquilamente disfrutando de las turistas que paseaban por las calles.
El comisario Montejano siguió hablando.
Y no suspenda vacaciones a nadie para lo de la cabalgata –le advirtió el comisario- que nos conocemos y a usted le encanta joder a sus compañeros.
No sé de dónde ha sacado esa idea –se defendió Zafra.
Que nos conocemos Zafra, que nos conocemos. Y su fama es bien merecida.