El comisario tuvo que hablar a favor de los pocos soldados que quedaban señalando que se habían quedado para defenderles y habían luchado valientemente…. Y muerto. Pero a pesar de su defensa el resto de supervivientes les seguían mirando con recelo.
Las buenas noticias eran que no se morirían de hambre o de sed. La torre contaba con un aljibe que estaba repleto de agua potable. Y en la planta baja habían encontrado suficientes víveres como para subsistir unos meses así como material del ejército de campaña como sacos de dormir. Al parecer el comandante Bonet había previsto tener que refugiarse en la torre si no podía escapar del castillo a tiempo.
Había informado de todo a Alex y le había deseado buena suerte. Ya no podía hacer nada más por ellos. Ahora debía tratar de encontrar a su hermano.
Las primeras horas pasaron rápidamente mientras el comisario iba organizando guardias, repartía suministros y decidía cómo repartir el espacio que había en la torre. También había que comprobar el armamento con el que contaban.
Con las primeras luces del nuevo día comenzó a notar el cansancio. Apenas había dormido la noche anterior y ahora la tensión comenzaba a desaparecer y notaba cómo los ojos se le cerraban. Hizo una última ronda. Comprobó que las aguas parecían estar calmadas, sobre todo gracias también al cansancio de la gente y se retiró a una estancia con uno de los sacos de dormir.