Las siguientes semanas fueron de preparativos una vez obtuvo permiso para realizar la prueba. No sólo la bomba, había que preparar, sino crear y diseñar los instrumentos para comprobar que funcionaba y eso incluía desviar un par de satélites para obtener tanto imágenes aéreas como datos diversos dado que no se podían arriesgar a usar personas por el efecto mortal que eso produciría. Alguien había señalado conveniente usar disidentes, pero se le había recordado que justamente por serlo no se podían fiar de que dieran cifras y datos correctos. No, se irían transportando por helicóptero distintos aparatos y se colocarían por todas partes, cuantos más datos obtenidos mejor. Y si algún aparato fallaba eso también serviría.
El día elegido, la sala de reuniones escogida estaba llena de personalidades tanto políticas como militares. Todos atentos a la prueba que podría marcar un antes y un después en la lucha contra los zombis, otra vez. La ciudad elegida bullía en actividad zombi y se encontraba dividida por un río lo que haría más informativa la prueba al comprobar cómo afectaría la bomba de neutrones al entorno a medio plazo.
Las imágenes obtenidas eran de diversas cámaras instaladas a lo largo y ancho de la ciudad así como de un satélite espía que se había desviado para obtener imágenes de alta resolución por si las otras cámaras fallaban. Todo estaba preparado y sólo quedaba que el premier diera el visto bueno final para que se transmitiera el código al bombardero que se encontraba en camino.