Jornada 01 Destino final (28)


-Sí… -dijo lentamente Ibáñez- Podríamos culparles de la pérdida del castillo. Eso haría que el Alto Mando se tomara más en serio a sus fugitivos.

Vázquez omitió mencionar que las cámaras de seguridad seguramente habían estado grabando todo el incidente y en algún lugar del Cuartel General había una copia de seguridad de los sucesos. A lo mejor podía pedir a su amigo Gerald que consiguiera esas grabaciones para que no se perdieran ‘accidentalmente’.

Bueno, da igual. No podemos dejar que esa gentuza siga viva –dijo Ibáñez que parecía haber tomado una decisión- Les fusilamos a todos y listos. Por complicidad, conspiración y traición contra el país en tiempos de guerra.

Pero señor, seguro que el Alto Mando querrá interrogarles. Además, está el asunto de ese científico desaparecido. Y su amigo. Deberíamos investigar más –interpeló Vázquez tratando de parecer lo más calmado posible.

Si necesitamos algo les preguntamos a nuestros soldados. Y si no saben algo ya encontraremos el modo de que adquieran esa información.

Jornada 01 Destino final (27)


Ibáñez notaba su rostro calentarse.

-¡¡¡Vázquez!!!!

-A sus órdenes, mi capitán –escuchó a sus espaldas lo que hizo que diera un pequeño paso hacia atrás por la sorpresa.

-¿Quién le envió la información sobre los fugitivos y su ubicación?

-Fue una llamada anónima señor. Alguien dijo que les había reconocido y les había visto dirigirse hacia el castillo.

-¿Y no lo comprobó?

-Cuando quisimos ponernos en contacto con el castillo ya era tarde. Los zombis se habían hecho con el control y no hubo modo de verificar la información. Quién sabe, a lo mejor fueron ellos los que lo provocaron.

Jornada 01 Destino final (26)


-Vale, entonces, esos dos civiles que llegaron al castillo los últimos, ¿qué me puede decir de ellos?

-Pasamos un informe al Cuartel General. Uno de ellos era un científico empleado por los americanos y el otro un autónomo, o eso decía el informe que nos devolvieron sobre ellos. No son los fugitivos que usted está buscando. No se parecían en nada, la verdad.

-Entonces, ¿Por qué comunicaron que los fugitivos se encontraban en castillo?

El soldado se quedó pensativo unos segundos mirando extrañado a su superior.

-Nosotros no enviamos ningún comunicado sobre eso, señor. ¿Cuándo se supone que se recibió ese informe?

Jornada 01 Destino final (25)


Abandonó aquel grupo y se dirigió a uno de los grupos de soldados supervivientes.

-A ver, tú, identifícate.

-Soldado Luis Guerrero Santos, destinado a la defensa del castillo de Bellver, a sus órdenes mi capitán.

-¿Cuál era su función en el castillo soldado?

-Telecomunicaciones, señor. Estaba en contacto con el Alto Mando y pasaba informes diarios a mis superiores en el castillo también.

-Entonces sabe de los fugitivos que estoy buscando, ¿verdad?

-Recibimos la comunicación señor.

-Bien, ¿les vio por el castillo?

-No señor. Hicimos circular sus fotos entre los centinelas y los policías y si veíamos a cualquier superviviente comprobábamos sus identidades.

Jornada 01 Destino final (24)


-No, uno de ellos lo era, el tal Marc, bastante presuntuoso si le digo la verdad, dado que cuando los periodistas aparecieron y me reconocieron, se creyó que le habían reconocido a él, dado que parece que se creía que era famoso o algo así. Además no dejaba de soltar un montón de discursos con términos científicos como si supiera lo que estaba pasando.

-¿Y el amigo? ¿Cómo era?

-Normal, de su misma edad supongo, un poco más grueso, y alto. Aunque la verdad no tengo ni idea de cómo se ganaba la vida. Lo único en lo que parecía estar interesado era en llamarme negro e insultarme constantemente. Pero con lo mal que disparaba seguro que no era un militar.

Ibáñez se quedó unos segundos en silencio pensativo. Por la descripción que aquel negro había hecho no parecía que esos dos fueran sus fugitivos. Claro que todos podían estar mintiendo, encubriendo a esos dos traidores. Mejor asegurarse.

-Esperen aquí –dijo Ibáñez indicando a algunos de los soldados que le acompañaban que les vigilaran.

Jornada 01 Destino final (23)


-Algo debió de hacer –dijo Ibáñez sonriendo desde dentro de su traje.

-Seguramente –dijo Mateo para no tener que discutir más- El caso es que me los encontré el… 18 de febrero creo.

-Eso es correcto –intervino el comisario Montejano- Llegaron ese día al castillo. Puede preguntar a sus propios hombres. Al día siguiente les dispararon.

-Vale, vale, no interrumpa –dijo en tono amenazador Ibáñez- -Bien, a ver… qué sabe de esos dos.

-Pues que se llamaban Marc y Tony, que eran amigos de toda la vida y se dirigían al castillo porque parece que necesitaban la ayuda de los militares o contactar con la península, yo qué sé. Estaba demasiado ocupado tratando que no me mataran los vivos o los muertos.

-Así que está seguro que eran científicos.

Jornada 01 Destino final (22)


-¿Qué quiere saber? –Preguntó prudentemente Mateo tratando de no alterar más a aquel militar loco.

-Esas dos personas, el científico y su amigo, ¿cuál es su historia? ¿Eran maricones o algo así?

-No que yo sepa. No se daban besos, ni se cogían de la mano. Pero cuando dispararon al científico su amigo se quedó velándole todo el tiempo.

-¿Cómo que le dispararon? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?

-Y yo qué sé. Cuando llegamos al castillo ellos se fueron por su camino y yo por el mío. Esos desgraciados estuvieron a punto de matarme un par de veces.

Jornada 01 Destino final (21)


M de Mateo, Pereira

Ibáñez le miró y puso un gesto de disgusto.

-Un negro, ¿se puede saber qué es todo esto? ¿Alguien ha abierto las puertas de África y les ha dejado salir? Seguro que todo lo que está pasando es culpa tuya o de algún amigo tuyo.

Mateo se mordió la lengua y se quedó en silencio. Ya había escuchado esas mismas acusaciones no hacía demasiado en la finca en la que vivía. Todavía no sabía cómo había conseguido salir vivo de aquello. Y ahora ahí estaba, rodeado de gente con el gatillo fácil y que deseaban culpar a alguien de sus males. Maldito el día en que había fichado para jugar por el Real Mallorca.

-A ver qué tienes que decir –dijo Ibáñez moviendo la pistola de forma impaciente.