Vázquez se puso delante del comisario Montejano que iba a encararse con el capitán Ibáñez y le impidió seguir. Aunque no había estado directamente en el incidente que se había desarrollado en el cuartel de Son Busquets, el Ramix 91, donde había acabado con la vida del compañero del inspector Castillo, se lo habían contado e incluso había tenido la oportunidad de ver la grabación del incidente. De modo que sabía cómo se las gastaba su superior.
-No le dé excusas, comisario –le dijo- Sangre fría, que le va la vida en ello. Y si usted muere el resto de civiles irán detrás.
-Bien, veo que nadie más quiere decir nada –dijo Ibáñez con un tono triunfal en su voz- ¿Por dónde íbamos? Ah sí, mis fugitivos, ¿dónde están?
-¿Qué fugitivos? –Preguntó el comisario Montejano mordiéndose un labio.
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