-Vaya, capitán, no sabía que le iban esas cosas –dijo Vázquez sin perder su sonrisa- Pero me temo que no es mi tipo. Prefiero a las mujeres, no se ofenda.
Por un segundo Ibáñez se quedó parado y sorprendido mientras notaba sus mejillas enrojecer dentro de su traje.
-¿Pero qué se cree que está diciendo? –Dijo visiblemente irritado el capitán a pesar del traje- Yo soy un macho ibérico y se lo puedo demostrar cuando quiera.
Vázquez se tapó la boca para no soltar una sonora carcajada, cosa que no hicieron algunos de los presentes que habían escuchado la conversación.
.
Deja un comentario
No hay comentarios aún.
Deja una respuesta