14 de febrero de 2010.
San Valentín encerrado en el piso junto a Mateo (que creo que no es gay así que un problema menos). Las cosas no han mejorado y ahora he comenzado a sangrar por las encías. ¡Qué asco, joder!
Al final Mateo ha bajado a la farmacia usando el techo de uralita que tenemos en nuestra parte del edificio y se ha colado por detrás sin necesidad de pisar la calle. Se ha tomado su tiempo dado que no ha vuelto hasta que estaba a punto de anochecer. Se ha traído un par de libros que encontró allí con los que tratará de descubrir qué me pasa basándose en mis síntomas y por eso ha tardado tanto; ha estado leyendo un rato en la farmacia para traerse un primer lote de medicinas.
A ver si hay suerte.
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