Por supuesto, los hubo que trataron de aprovechar eso para sus propios fines sólo para descubrir que el ejército soviético tenía muy poca paciencia con los ladrones y los timadores y que las balas eran muy baratas y rápidas.
Los psicólogos trataron de explicar que no se podía tener a un soldado en alerta constantemente bajo el riesgo de que se rompiera; como había pasado. Requerían de descansos como el resto de seres humanos mal le pesara al Alto Mando. Rotaciones de descanso y vacaciones. Pasar tiempo con la familia y entrenarles en técnicas de relajación y compartimentación para que pudieran desconectar cuando no estuvieran de patrulla.
También se sugirió el uso de drogas para ayudar a dormir y a relajarle pero esa solución fue rápidamente descartada debido a que un soldado adicto no era de gran confianza. Si alguien le ofrecía una droga mejor su lealtad podría ser cambiada.