Jornada 01 Una historia de amor (12)


[…]

El director, que no parecía para nada contento con lo que estaba pasando comenzó a gritar y a perder los papeles diciendo que el material de la asignatura había sido revisado y aprobado por el gobierno y si tenía alguna queja que escribiera a su congresista… Si sabía quién era. Luego dijo que dado que había faltado al respeto a la profesora y al resto de mis compañeros me tenía que expulsar una semana.

Y mi padre dijo que no quería que mi educación estuviera en manos de incultos racistas y que no volvería a aquella escuela. Que prefería contratar a un profesor privado y que me enseñara en mi casa que no tener que volver a pisar aquel lugar de incultura.

Me cogió de la mano y nos fuimos.

Y ahora tengo un tutor privado que me enseña en casa y que no me quita la vista de encima. Y durante las primeras semanas mi padre también se quedó en casa vigilándome para ver cómo me adaptaba a mi nuevo ambiente y si el profesor cumplía con su deber y no era una mala influencia. Y por lo que puedes suponer, escribir una carta era complicado sin tener que dar mil y una explicaciones.

Hasta que la situación no se ha normalizado y mi padre no ha vuelto al trabajo no he podido “escaparme” y responder tus cartas.

Espero que ahora tenga algo más de tiempo para escribirte y pueda contarte más cosas. Te dejo que escucho a mi padre subir las escaleras, seguro que quiere revisar mis deberes como si fuera un niño pequeño.

Adios, Eve.

Adam
.
.