Jornada 01 Una historia de amor (3)


23 de septiembre

Hola Adam

Increíble lo que me cuentas. La verdad es que le pregunté a mi madre qué pasaría si apareciera un zombi por las calles de Washington y me dijo que era imposible, que el ejército vigilaba las afueras de la ciudad y que la policía estaba entrenada para enfrentarse a ellos.

La verdad es que cuando mis padres me enviaron al campo de entrenamiento de tu padre no me lo podía creer. ¿Qué iba a hacer en un campamento? Además, más tarde además me enteré que era de supervivencia contra zombis. Qué quieres que te diga, antes de ir, eso me parecía algo asqueroso, además tener que pasar mi decimosexto cumpleaños ahí, sin una fiesta, con gente dándome regalos. ¿Para qué necesitaba saber más de esas cosas? Ya me enseñaban en el colegio lo que era un muerto viviente, aunque ellos insisten en llamarlos ‘no-personas’, y son cosas tan desagradables. Y la verdad, cuando vi uno en el campamento… supongo que te acordarás que estuve en el grupo que vomitó… son tan… repugnantes, vale que antes habían estado vivos y no es culpa suya pero… ¿por qué no los matan a todos y se acaba el problema? No creo que sea tan difícil.

Cuando le pregunté a mi padre sobre eso me sonrió de esa manera que hace con mi hermana pequeña y me palmeó en la cabeza. ¿Te lo puedes creer? Qué condescendiente (vale, he tenido que buscar esa palabra en el diccionario, ¿y qué?) Y me dijo que era más complicado de lo que parecía y que todavía no tenía edad para entender esas cosas. ¡Que no tenía edad! Me enfadé mucho con él y no le volví a hablar en todo el día.

En fin, mi madre me llama para cenar. Ya te escribiré más otro día. ¡Adiós!

Eve

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