Se quitó los auriculares y se dispuso a salir de aquella sala. Ya no le quedaba nada más por hacer que tratar de conseguir hacer el mayor daño posible para detener la explosión nuclear. Puso una cuenta atrás en su reloj y se dispuso a salir a enfrentarse a los zombis.
El pasillo estaba vacío y se dirigió hacia las escaleras. Volvió a tener la misma sensación que la vez anterior sólo que más aguda, de manera que se tuvo que apretar la cabeza en un gesto inútil para que parara. Maldito Doc. Incluso muerto seguía causando problemas. ¿No había pensado eso hacía nada? ¿Se estaría volviendo loca? Subió las escaleras despacio y atenta a los movimientos en la parte superior. Varios zombis la estaban esperando al final de la escalera, y otra vez parecían estar dubitativos, pensando en si atacarla o no. Mara no se lo pensó dos veces y comenzó a disparar su pistola sin pausa dejando su camino libre.
Pero eso sólo era el comienzo. Como había pensando la zona de hangares estaba repleta de zombis por todas partes. Era imposible para ella que pudiera sobrevivir a aquello. Pero debía intentarlo. Los no-muertos más cercanos habían notado los disparos y comenzaban a mirar en dirección a la posición de Mara que sabía que debía moverse. Miró a su alrededor buscando algo que pudiera ayudarla. Pegado a una de las paredes de metal había un pequeño carrito eléctrico que se usaba habitualmente para transportar personal, material o lo que hiciera falta. Corrió hacia el mismo sin perder tiempo y se puso detrás del volante. Afortunadamente no necesitaba códigos ni nada por el estilo para ponerlo en marcha. Sería una pequeña ventaja. Así no se cansaría y podría recorrer el hangar más rápidamente que a pie.