-La central nuclear del portaviones está a punto de explotar y causar una enorme explosión nuclear que borrará del mapa Mallorca y sus alrededores –dijo Mara como respuesta- Es necesario hundir el barco para impedirlo, cambio.
-Eso es imposible. Los norteamericanos nunca lo permitirían. Además, hay medidas para impedirlo. Cambio.
-El portaviones está repleto de zombis. No queda nadie vivo para impedir la explosión. Además, los sistemas han sido inhabilitados por un virus informático. Cambio.
El silencio se volvió a hacer al otro lado. Y durante unos minutos no se escuchó nada. Seguramente el capitán del submarino estaría pensando en qué hacer y las repercusiones de sus acciones.
-De acuerdo –se escuchó al otro lado- Nos ponemos en marcha. ¿Las contramedidas estarán desactivadas? Cambio.
-Las automáticas seguramente no… o tal vez sí. No sé exactamente cómo funciona el virus informático. Mejor disparar de sobra que no arrepentirnos después. Cambio.
-Tardaremos unos quince minutos en estar en posición. Dispararemos suficientes torpedos y si no son suficientes dispararemos más. Cambio.
-De acuerdo. Quince minutos. Trataré de ayudar desde aquí. Cambio.
-¿Qué planes tiene? Cambio.
-Había pensado en ir hasta los hangares y hacer explotar algunas bombas. Supongo que eso ayudará. Cambio.
-Pero… eso es suicida. Cambio.
-Es por una buena causa… además, creo que estoy contaminada con lo mismo que ha transformado al resto de la tripulación. Así que… Cambio y corto.