Se giró esperando encontrarse con líneas planas en los monitores de su paciente. ¿Pero qué había pasado en ese mundo? ¡Seguía viva! Y las constantes se habían estabilizado dentro de la gravedad. Y el depósito de líquido negro estaba vacío. Miró con cierta rabia a su paciente. ¿Cuándo iba a morirse y darle la satisfacción de poder vivir el resto de su larguísima vida tranquilo sin tener que mirar por encima de su hombro? Recuperó un par de videos que tenía grabados de Marc y los pasó al monitor que tenía enfrente de Mara.
-Te tengo preparada una sorpresa –le dijo mientras se acercaba.
Mara parecía no poder enfocar su atención. No sabía cuánto tiempo había pasado pero el dolor había sido excruciante en todo momento. Notaba cómo su cuerpo se debilitaba mientras la sangre iba abandonando su cuerpo y era remplazada por ese líquido negro salido de los muertos vivientes. Su espalda y su cabeza también le habían dado problemas perdiendo la visión momentáneamente durante varias ocasiones, sufriendo terribles dolores de cabeza y notando constantes escalofríos atravesar su espalda. Vio de reojo que ya no quedaba líquido negro en el depósito, pero el dolor no cedía en ningún momento y notaba todo su cuerpo quejarse amargamente de la invasión que estaba sufriendo. Escuchó como muy lejos que Doc le decía algo sin poder llegar a entender qué era. Pudo ver que algo aparecía en el monitor que tenía delante, pero la visión le fallaba de formas extraña: la perdía, se desenfocaba, parecía poder verlo todo demasiado claro y la luz le molestaba… Sólo podía ver ahora cosas borrosas. Tal vez Doc estaba tratando de mostrarle algún otro resultado de sus locos experimentos, pero fuera lo que fuera no podía verlo, afortunadamente, ni escuchar claramente a Doc. Notó cómo tampoco podía hablar dado que su lengua se había hinchado, no tanto como para no poder respirar pero sí para darle dificultades para decir nada. Y en ese momento agradeció que tuviera el oxígeno conectado a través de la nariz.