-¿Dónde estáis? –Preguntó con cierto tono de preocupación Pere- Esto está infestado de zombis.
-Estamos en la plaza de la iglesia y no pinta bien la cosa –respondió Pep- Hemos perdido a Tomeu a la entrada del pueblo. Que esa es otra. Los zombis salían de dentro de la mina. Hemos volado la entrada y encerrado a los demás en el patio y la parte oeste del pueblo está limpia… dentro de lo que sabemos.
-Entonces no estáis lejos –dijo aliviado Pere- Estamos encerrados en el ayuntamiento. Hemos ido avanzando desde el oeste y limpiando el pueblo mientras nos juntábamos con algunos vecinos y, de repente, como de la nada, ha aparecido un grupo de zombis que nos han diezmado en menos de dos minutos. Nunca había visto algo igual. Fue entonces cuando recordé la advertencia del padre… tarde por desgracia. Acabamos huyendo perseguidos por los zombis. Ahora parece que se están concentrando delante de la iglesia.
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