-Además, seguro que si llega andando tendrá más posibilidades de entrar en la ciudad si lo que dice el prior tiene razón –añadió Joan- Si están vigilando todas las carreteras para que nadie entre o salga… Andar será una mejor opción. Claro que no tendría por qué hacer todo el camino a píe.
-Creo que tengo algún mapa de los que usamos para la subida desde Palma –dijo pensativo el prior- Así podrá decidir qué camino escoger y podrá calcular cuánto tiempo tardará en hacerlo sin encontrarse con sorpresas desagradables.
-Se lo agradezco, toda ayuda será bienvenida –dijo Xavier- Cuando quieran irse avísenme. Estaré en la capilla rezando.
Y se puso en pie y salió con su mochila y la escopeta.
No había pasado mucho tiempo cuando el prior entró en la capilla para sacarle de sus contemplaciones.
-Ya están preparados para partir –le informó- Aquí tiene algunas viandas y unas botellas de agua para el camino. Aunque no creo que tenga problemas para encontrar agua más vale prevenir.
-Muchas gracias prior, espero volver a verle en mejores circunstancias –dijo Xavier a modo de despedida mientras cogía los regalos- Y continuar con sus aventuras en el santuario.
-Que Dios le acompañe, lo va a necesitar –respondió el prior- Nuestras puertas siempre estarán abiertas para aquel que lo necesite. Ese es el deseo de Dios.
Xavier puso una medio sonrisa y salió de la capilla.