El prior asintió como si supiera de lo que estaban hablando.
-Bueno, si no le importa prior nos gustaría traer aquí a nuestras familias –continuó Joan- Y establecernos hasta que la cosa se calme un poco si a usted le parece bien.
-Seréis bienvenidos como siempre –respondió el prior sonriendo amigablemente- He hablado con la Guardia Civil y con Protección Civil; los primeros nos mandarán algunos hombres y los segundos establecerán un puesto permanente, un hospital de campaña.
-¿Ha podido saber algo más de la situación? –Preguntó Xavier- ¿Le han contado cuándo intervendrá el ejército?
-Si le digo la verdad lo que me han dicho me ha parecido extraño –le explicó el prior- Al parecer el ministerio de Defensa les ha ordenado vigilar que nadie entre o salga de la ciudad. Pero que a la vez no entren en combate con los zombis.
-Estarán tratando de contener la infección –asumió Joan.
-Pues no han hecho muy buen trabajo –señaló Xavier- Pero no tiene lógica. Los zombis contra los que nos hemos enfrentado no eran de Palma, y la infección no ha podido viajar tan rápida.
-Eso les he tratado de explicar –dijo el prior- Que teníamos zombis en la zona. Pero al parecer les han insistido que no presten ayuda. Y somos una excepción por ser un santuario.
Deja un comentario
No hay comentarios aún.
Deja una respuesta