Jornada 9. La Ira de Dios (52)


-También lo es que los muertos resuciten y aquí estamos –respondió Miguel- Disparando a gente que debería de estar muerta.

Xavier intentó volver a concentrarse en su tarea, disparar a las cabezas, pero comenzó a fijarse con más detalles en los atacantes. Hasta ese momento no les había prestado atención a su apariencia, pero ahora… trataba de buscar heridas que explicaran su muerte, o que indicara que estaban muertos, pero no encontraba nada externo, sus ropas parecían intactas a excepción del lógico deterioro ocasionado por andar por los bosques. Si no lo supiera mejor diría que habían muerto de forma natural, algo imposible… por el número, a menos que fuera un suicidio masivo. En ese caso tal vez se explicara por qué no parecían muertos. ¿Una secta?

Cambió de cargador de nuevo. Podía ser una secta, pero parecía extraño. Seguramente Miguel le podría aclarar más la procedencia de esos zombis. Sabría mejor qué tipo de gente rodeaba el santuario.

Siguieron retrocediendo poco a poco. Dejando un rastro de cadáveres por el camino. El número de zombis había descendido significativamente pero todavía quedaban. Y no se paraban ante sus numerosas bajas. Al menos en eso no habían cambiado nada. Y no parecía que ningún otro muerto viviente tuviera esa habilidad para saltar. A pesar de haber sido hacía unos minutos ya comenzaba a dudar de que hubiera pasado. Esas criaturas no saltaban. Debía de haber sido un espejismo. Debía concentrarse en el aquí y el ahora y dejarse de fantasías.

Deja un comentario

No hay comentarios aún.

Comments RSS TrackBack Identifier URI

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s