Gerald se quedó un momento en silencio mientras se abrochaba la chaqueta y cogía la pistola de la mano de Vázquez que esperaba una respuesta.
-Es posible que una amiga mía esté ahí dentro prisionera –respondió finalmente. No le quedaba más remedio que confiar en Vázquez o su plan se podría ir al garete.
-¿Y piensas usar al ejército español para rescatarla? –Preguntó sorprendido y algo incómodo Vázquez.
-Digamos que esta primera visita es para hacerme una idea de a lo que me enfrento –le respondió Gerald- Explorar y evaluar. Ver si es posible un rescate y cómo llevarlo a cabo.
-Así que no nos liaremos a tiros con los americanos –respondió Vázquez que parecía buscar una promesa.
-Para nada, sería una locura –dijo Gerald negando con la cabeza- Aunque se me había pasado por la cabeza, la verdad. Pero no acabo de verlo claro.
-Bien, así que el plan es hacer una visita a nuestros amigos y aliados y salir sonriendo y vivos –resumió Vázquez- Pero mira que había modos más sencillos de hacerlo.
-Seguramente, pero no me permitirían gozar de tu compañía –respondió Gerald.
-¿Y cómo lo harás con el idioma? –Preguntó Vázquez de nuevo- Tu español no ha mejorado demasiado la verdad.
Gerald sonrió.
-A los americanos les pediré que me hablen en inglés y en el helicóptero dejaré que lleves la voz cantante.
Vázquez se acabó el cigarrillo.
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