-Eres un alarmista, un fatalista y un paranoico –respondió Pep- Seguro que el gobierno no quiere asustar a la gente y está estudiando el tema para conseguir acabar con la plaga de la forma más eficaz.
-Así que una semana después los militares siguen sin intervenir –señaló Gerald- Pero el gobierno está trabajando en ello.
-Fue lo que ya pasó en el pasado –dijo Pep- No puedes entrar en tromba en una ciudad infectada. Los ciudadanos pueden disparar sin preguntar, los militares pueden confundir objetivos. Es natural que se tomen su tiempo.
Gerald negó con la cabeza incrédulo.
-Y mientras, ¿la gente se muere de hambre? ¿Y los enfermos? ¿Y los heridos? ¿Cuándo será el momento adecuado de actuar? No sé para que se establecieron tantos protocolos de actuación ni hemos estado, supuestamente, estudiando el fenómeno Z durante tres décadas.
Pep se quedó en silencio mientras volvía la mirada al mar.