-No entiendo a qué te estás refiriendo. Son zombis. Muertos vivientes, cadáveres ambulantes. Siguen sin hablar si a eso te refieres.
-No, no es eso –se quedó unos momentos en silencio- Durante el ataque a la Cabalgata pude observar algo extraño. Parecían ser… ¿más inteligentes? No, no es esa la palabra… Parecían ser más… diestros… No todos, sólo algunos… Eran casi más rápidos… Y se multiplicaban con mayor rapidez.
-¿A qué te refieres? –Preguntó Pep ahora preocupado.
-La gente moría a manos de los zombis y en cuestión de minutos, a veces unos segundos, volvían a la vida –dijo Gerald con voz preocupada- No había periodo de incubación. En un abrir y cerrar de ojos pasaban de muertos a zombis.
-Pero eso es… imposible –dijo Pep negando con la cabeza y poniéndose en píe- Lo que sea que convierte a los muertos en zombis… no es tan rápido. Necesita de unas horas.
-Te estoy diciendo lo que vi con mis ojos –insistió Gerald- Al principio pensé que era la tensión del momento. Que esas personas ya eran zombis antes y simplemente yo me había confundido, pero entonces comencé a ver también policías…