Jornada 8. Gerald contra el mundo (29)


Siete días después Gerald y compañía salían del aislamiento sin mayores incidencias. Todos estaban sanos. Y no había zombis entre ellos. Pep, el director del hotel les estaba esperando fuera.

-¿Qué tal las instalaciones? –Preguntó con curiosidad al informático.

-Hemos tenido suerte de no tener infectados –dijo Gerald pensativo- Tenemos que hablar. En privado.

Pep vio la cara de seriedad del informático y asintió.

-Mi despacho servirá –indicó- Jordi me alegro de que estés bien, siento lo de tus compañeros.

Jordi asintió y se encogió de brazos mientras desaparecía de ahí.

Gerald pidió a Sarah que se ocupara de sus sobrinos durante su reunión. Ésta asintió, pero seguía sin querer hablar con él. Una semana después y todavía le guardaba rencor por su decisión de no bajar del coche. Por su parte todas sus dudas se disipaban cuando miraba a sus sobrinos. Volvería a hacer lo mismo, sin pensárselo dos veces.

Pep y Gerald entraron en el despacho de dirección. El mismo tenía una preciosa vista a la bahía, que cualquier otro día habría alegrado al informático. Pero al fondo podía ver el portaaviones norteamericano, que seguía estando ahí… vigilándoles. Y en esa semana todavía no había tenido noticias de Mara. Y nadie sabía nada. Estaba desaparecida. Ni siquiera en el submarino sabían algo sobre ella.

Deja un comentario

No hay comentarios aún.

Comments RSS TrackBack Identifier URI

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s