¿Cómo podía haber sido tan estúpida de pensar que iba a detener eso? Las pantallas mostraban la matanza que se estaba produciendo en ese momento. O tal vez no. Seguramente era un truco para descolocarla; eso era, un asqueroso truco de Doc, le gustaban ese tipo de crueldades, ver cómo reaccionaba la gente, ese hombre estaba enfermo. Mara tenía claro que no dejaría que algo así pasara de verdad. Debía detener a ese científico loco de una vez por todas. Aunque condenara su alma al eterno infierno del que le había advertido Xavier.
Se giró para enfrentarse a Doc y acabar con su vida… Sólo para verle rodeado de marines que la estaban apuntando con sus rifles de asalto. ¿De dónde habían salido? No había escuchado las puertas abrirse. Y los norteamericanos no tenían ningún dispositivo de transportación instantánea como en Star Trek. Debía ser un truco. Otro más.
Pero sin embargo… no parecían proyecciones. Y Doc sonreía mientras se ponía en pie y daba golpecitos con su mano en el hombro de uno de los marines como si detectara las sospechas de Mara.
-Son reales –dijo Doc- Y sus balas también. ¿De verdad pensabas que era tan fácil colarse en un portaaviones? ¿Que nadie detectaría tu acercamiento al mismo por debajo del mar como si no pasara nada? ¿Que no hay sonares sólo para detectar a un posible suicida que quiera poner explosivos en el casco? ¿Que no hay cámaras por todas partes buscando posibles intrusos con software de reconocimiento facial? ¿Que no hay alarmas silenciosas que advierten de la intrusión en estancias?
Mara se quedó en silencio sin saber qué decir. Pensando en un plan… pero nada le venía a la cabeza. Seguramente habría más marines esperando en los pasillos detrás de las puertas. ¿Cómo había podido pensar siquiera por un momento que podría salirse con la suya y librar al mundo de un cáncer como Doc? Bajó la cabeza resignada. Había perdido. Pero no le daría la satisfacción al científico de regodearse en su victoria.
Sin pensárselo dos veces comenzó a mover el cuchillo que todavía tenía en la mano con la intención de clavárselo en la cabeza para morir y no resucitar como zombi. Su intención se quedó en eso cuando el sonido de un disparo llenó el laboratorio y una bala alcanzó su brazo provocando que el dolor del impacto soltara el cuchillo que cayó al suelo.
Doc se acercó a ella sin ninguna prisa acompañado de los marines.
-No, no no, no te vas a librar tan fácilmente de mí –dijo Doc triunfante- Llevo muchos años esperando este encuentro y te aseguro que tengo planes para ti y tu cuerpo.
Más marines comenzaron a entrar por las puertas para asegurar el lugar… como si fuera necesario. Uno de ellos obligó a Mara a ponerse de rodillas y llevarse los brazos hacia la nuca poniendo unas bridas en sus muñecas para impedir que pudiera liberarse fácilmente. Doc había vencido.