Jornada 02. Las oscuras sombras del poder 2010 (12)


Comenzó a hacer una lista de los primeros experimentos a realizar.

Obviamente, debían averiguar si el cambio a zombie seguía siendo tan largo como antaño, si sólo una mordedura convertía, qué pasaba si te amputabas rápidamente el miembro mordido. O si intercambiabas fluidos con los zombies, cosa complicada, dado que los puñeteros no-muertos no tenían mucho líquido por sus cuerpos, pero bueno…

Había tantas cosas por estudiar, y el proceso parecía evolucionar, lo cual le desconcertaba enormemente, ya que parecía implicar que en el fondo pudiera acabar habiendo alguna mutación en aquellos no-muertos. Quién sabe si, a ese paso, acabarían habiendo bichos de aquéllos con cierto grado de inteligencia o raciocinio.

Luego comenzó a hacer una lista paralela, de la que sólo él sabría. Había un par de cosas que quería probar, y que seguramente sus compañeros de viaje no le autorizarían. Al parecer estaba bien poner una ciudad en peligro pero no… ese tipo de experimentos.

¿Qué pasaría si uno comía carne de zombie o contaminada? Si los fluidos convertían, ¿qué pasaría si se juntaban esos fluidos con otro medio líquido? ¿Seguiría la conversión? Obviamente estaba el término intermedio, ¿qué pasaría si un líquido se contaminaba con carne zombie?

Eran preguntas que no tenían respuesta… todavía, pero que pretendía averiguar. Sólo sería necesario un poco de sutileza y paciencia. Pero debía planearlo cuidadosamente. Hacer que pareciera un accidente y no un experimento. Al fin y al cabo la gente no era tonta… bueno… no tanto.

Tenía claro que la base militar que había instalada en las montañas de Mallorca debía ser inexpugnable. Eso no sería un problema. Y seguramente podría pasar cierto tiempo ahí. Si esa instalación no era segura… claro que el problema podría ser el transporte. Un coche estaba descartado. Un helicóptero podía ser derribado pero… tres helicópteros idénticos… también, pero sería más complicado. Lo que sí tenía claro era que el portaaviones sería seguro. Rodeado de marines era imposible que esa endemoniada mujer pudiera colarse.

La cárcel por otra parte… estaba a las afueras de la ciudad. En un espacio abierto. Con múltiples rutas de escape. No, no pondría el pie en la cárcel. Que otro se encargara. Además, ahí sólo llevaría a cabo experimentos de los que sus subordinados pudieran encargarse y él simplemente supervisar desde la seguridad de su sala de mando.

Los presos, y eso era algo bueno, cumplirían con su pena con la sociedad. No le interesaba realmente saber el motivo por el que estaban en la cárcel. Si estaban en la misma seguramente sería porque habían hecho algo malo. Y usarlos para sus experimentos no sería un problema. Ni tendría cargo de conciencia alguno… si eso podía pasar. La duda era saber hasta dónde debía explicar a los carceleros y a los funcionarios de la prisión… seguramente habría gente en contra de esos experimentos, tal vez se podría colar como si estuvieran experimentando una cura contra los zombies… Sí, no sería mala idea. Usar un ala especialmente para los experimentos para el público. Encontrar a los corruptos entre los guardias y los funcionarios, y comenzar a mover presos a esa ala tan especial… al fin y al cabo, no conocía a nadie a quién no le gustara el dinero… bueno… excepto a esa puta.

1 comentario

  1. Aveces es bueno enterarse tarde de las cosas, he podido leerlo entero en 4 días.
    Seguir así es fantástico. Buen trabajo


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