Jornada 02. Las oscuras sombras del poder 2010 (4)


El olor del aire de la estancia era aséptico. Seguramente debía de ser la entrada a un antiguo refugio nuclear… o no tan antiguo. Notaba el aire fresco y llenaba sus pulmones con el mismo. Era una agradable diferencia con respecto al aire caliente que había estado respirando durante las últimas horas.

Sus guardaespaldas se quedaron en una puerta mientras él continuaba avanzando. Doc repasaba mentalmente su presentación. Y trataba de pensar en respuestas a posibles preguntas que pudieran hacerle.

Respiró hondo y dio un paso simbólico entrando en la sala donde ya había gente esperando. Los murmullos cesaron cuando notaron su presencia. Doc sonrió. Se sentía como el profesor que sorprendía a los alumnos haciendo algo malo.

Recorrió con paso lento la sala de reuniones mientras paseaba la vista entre los asistentes y los saludaba con un leve movimiento de cabeza. Se acercó a la mesa de los refrigerios, se tomó su tiempo para elegir lo que tomar y volvió a recorrer con la mirada la sala.

El resto de asistentes comenzaron a hacer comentarios entre ellos, mirándole de vez en cuando fugazmente. Seguramente criticando su actitud.

Al cabo de unos minutos todos se fueron sentando alrededor de la mesa de reuniones. Uno de ellos tomó la palabra.

Creo que todos saben que estamos aquí para estudiar la última propuesta de nuestro científico más… controvertido –dijo a modo de introducción una de las personas que se había quedado de pie-. Al parecer su nuevo proyecto ha levantado cierto interés entre los miembros presentes aunque también algunas preguntas. Y esperamos en esta reunión poder decidir qué decisión tomar al respecto.

>>Le pasaré ahora la palabra para que haga una breve presentación –dijo poniendo cierto énfasis en lo de ‘breve’-, dado que todos nos hemos leído los dossiers y estaremos más interesados seguramente en pasar al turno de ruegos y preguntas.

Doc se puso en pie sonriendo como un zorro.

Estimados colegas, tenemos ante nosotros la posibilidad de comprobar si nuestra sociedad está preparada para un nuevo resurgir zombie. Mediante mi experimento, basado en sus teorías y sus números –dijo Doc recalcando a su vez los “culpables” del mismo si algo no salía bien- podremos saber con certeza si es cierta esa idea o no.

>>No me cansaré de recalcar lo importante que es que los militares se queden al margen. Si quieren entrenarse que se vayan a Cuba. No todas las ciudades del mundo cuentan con un destacamento militar para protegerles. Así que lo más realista sería no usar a los soldados y sus medios salvo para controlar en caso necesario la expansión de los no-muertos.

>> Espero que depositen su confianza en mí para llevar a cabo dicho experimento y así podamos, una vez más, salvar a la raza humana de su extinción.

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