Jornada 01 Un nuevo comienzo (03)


El problema con el que se encontraba ahora la isla era el turismo. La gente no estaba por la labor de viajar, de salir de la protección de sus casas para aventurarse a ir a otros países, y menos a una isla en la que no había a donde huir.

Mallorca se pasó los siguientes años buscando un negocio alternativo, y mientras tanto la economía se resintió y el paro subió hasta cifras nunca conocidas. El gobierno local no encontraba la solución a pesar de las ayudas que le llegaban del gobierno central. Mientras todo esto ocurría Pep había acabado la mili y también la carrera de Turismo. El motivo para ello era que el turismo no había muerto. Simplemente se había movido de lugar.

Pep tenía el sueño de dirigir un hotel en Mallorca, y conseguir que el turismo volviera a la isla y la revitalizara. Pero seguía sin saber cómo hacerlo.

Durante uno de sus viajes, mientras trabajaba en un hotel, conoció a Antuan, uno de los cocineros, que en realidad se llamaba Toni, pero se hacía llamar así dado que lo francés seguía vendiendo bien en cocina y quedaba mejor decir que tenías un cocinero llamado Antuan y no Toni. Cuando ambos descubrieron que eran mallorquines se hicieron amigos y comenzaron a añorar los buenos viejos tiempos. Y Pep le habló de su sueño de conseguir que Mallorca volviera a acoger el turismo. Toni al principio se rió de él, pero al ver con la seriedad que lo decía le propuso un trato. Si conseguía su objetivo y abría un hotel él iría a trabajar a la isla. Pep sonrió. Toni era uno de los mejores cocineros que había conocido y sacaba platos exquisitos a partir de muy poca cosa. Desde luego que se acordaría de esa promesa en el futuro.

A medida que trabajaba en más hoteles y visitaba más países se daba cuenta de que lo que la gente buscaba era seguridad. Y eso en Mallorca no se podía conseguir… o tal vez sí. Comenzó a gestar una idea durante los siguientes años mientras comenzaba a mover los hilos para llevarla a cabo.

Finalmente volvió a la isla con un plan. Y dinero. Había hablado con diversas personas sobre su proyecto, pero pocas querían arriesgar su dinero en una empresa tan… peligrosa. Pero una de esas personas vio el brillo en los ojos de Pep, y le concedió el préstamo siempre y cuando primero pudiera asegurar el éxito de su plan.