Jornada 01 Un nuevo comienzo (01)


Pep se encontraba en su despacho cuando recibió una llamada de recepción que le urgía a encender el televisor. Buscó el mando entre los papeles que tenía repartidos por la mesa y cuando lo encontró lo encendió. Le surgió la duda, dado que no le habían dicho qué canal mirar.

En la pantalla apareció la cortinilla de “COMUNICADO DE EMERGENCIA. PERMANEZCAN ATENTOS A SU PANTALLA”.

Unos segundos más tarde apareció la figura del presidente de la comunidad balear que comenzó a leer un comunicado.

“Queridos conciudadanos, me veo en la obligación de informarles que he puesto la ciudad en estado de emergencia. Pero no se alarmen. Esperamos realmente que esta situación no se prolongue por mucho tiempo. Nos hemos visto en la obligación de tomar esta medida debido a la reciente fuga masiva que se ha producido en la cárcel de Palma. No hay un peligro real para la población, las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado se están coordinando con la guardia civil, el ejército y la policía local para arrestar a los presos fugados. Por ello ruego a todos los ciudadanos que permanezcan en sus casas en la medida de lo posible hasta que esta situación se resuelva. No se alarmen si ven más presencia policial por las calles de la habitual. Es por su seguridad. Además procederemos a poner controles en todas las salidas de la ciudad por lo que recomendamos que no usen el coche salvo en situaciones extraordinarias para que no se produzcan atascos.

>> Muchas gracias por su atención y que Dios les bendiga.

Pep vio como volvía a aparecer la cortinilla y pocos minutos después todas las cadenas retomaban su programación habitual aunque en la parte inferior de la pantalla aparecía un mensaje continuo recordando la fuga y las medidas tomadas.

Al menos no se trataba de una noticia sobre zombies, pensó Pep mientras apagaba la televisión y volvía su atención a asuntos más urgentes.

El hotel que dirigía no iba a conseguir dinero si no supervisaba él todo, ni se iban a hacer pedidos ni pagar a los empleados por arte de magia. Suspiró y se recostó en su silla de ejecutivo. Le había costado encontrar una silla adecuada. Para mucha gente, su fijación en encontrar la silla perfecta era algo enfermiza, pero no eran ellos los que tenían que pasar tres cuartas partes del día sentado en un despacho.

Y además era época navideña. Su hotel estaba completo. Lo que eran buenas noticias. Y esperaba que la ocupación se mantuviera así durante todo el año. Debía comenzar a pensar en contratar a alguien más para que le ayudara en el día a día del hotel, los becarios no daban abasto tampoco, y aunque hacían un buen trabajo… sólo eran becarios. Quién lo iba a decir, al final el nombre que le había puesto al hotel iba a tener buena parte del éxito del mismo, miró una foto de la fachada con un cartel resplandeciente con el nombre: Hotel Isla del apocalipsis.