Jornada 11. El final del principio III (XV)


Mara no pudo evitar sonreír débilmente.

-Entonces tal vez pueda hacerme el favor de pasare por la misma y recoger mis cosas le pidió- creo que no sería buena idea dejarme ver demasiado y menos entrar en la habitación de una fugitiva buscada y odiada.

Ortiz se cuadró y salió a paso ligero, lo que hizo que Mara se quedara sola y en silencio mientras otros soldados cargaban los vehículos con víveres y armamento.

¿Qué esperaba conseguir con esta caza? ¿Vengar a los muertos? ¿Justicia? No se había parado a pensar en ello. Actuaba por instinto sin pararse a pensar. Algo que le había señalado en infinidad de ocasiones el general Smith y que a menudo era tanto su punto fuerte como su punto débil.

Se sentó sobre el capó de uno de los vehículos todoterreno estudiando el mapa de la zona. Su mirada recorrió todo el terreno que había ido explorando a lo largo de esos años. Quien iba a decir que a los ojos del mapa no pareciera mucho. Ahí estaba el bosque en el que había muerto el espía, y la desaparecida ciudad a manos de Doc. Y la otra ciudad en la que casi había muerto nada más perder la memoria. O la otra ciudad donde también había casi muerto a manos de los mercenarios… Definitivamente iba a tener que evitar pasar por las ciudades. Habían demostrado ser una amenaza para su vida.

Se preguntaba qué haría a partir de ahora. Con su memoria recuperada. ¿Recuperar su vida limpiando su nombre? Desde luego, lo que fuera que le deparaba el futuro, seguro que sería interesante.