Jornada 11. El final del principio III (I)


-Hola Doc –dijo a modo de saludo la voz al otro lado del teléfono-, tengo buenas y malas noticias.

Doc se encontraba en el bosque que rodeaba a la fortaleza medieval que servía de refugio a un grupo de personas que trataban de sobrevivir al alzamiento de los muertos. No le hacían gracia estas escapaditas para comunicarse con sus aliados, pero era eso o esperar a que volvieran a mandar a otro inepto a espiarles.

-Muy gracioso, no estoy de humor –respondió Doc-, así que al grano.

-Tenemos a su amiguita –dijo la voz-… prisionera.

-¿Prisionera? –preguntó incrédulo Doc-. Lo que tienen que hacer es matarla y punto. No creo que sea tan complicado.

-Habló el que destruyó una ciudad entera para acabar con ella y falló –señaló la voz-. La verdad es que no es NUESTRA prisionera. Está prisionera en su propia base militar. Por lo visto sobrevivió al grupo que mandamos… el cual por cierto no lo hizo.

-Entonces, seguro que no eran tan buenos como ustedes creían –dijo Doc a modo de reproche molesto por toda aquella verborrea-. ¿Y cómo piensan matarla?

-Bueno, eso puede ser complicado –dijo la voz-. Está en una base militar, rodeada de militares. Es cierto que nadie creerá su relato, y que la versión que hicimos correr nosotros parece haber funcionado… pero poner en peligro a nuestro contacto… por esa mujer… El grupo está de acuerdo conmigo y cree que es mejor esperar. Además, de ahí no se moverá.

-Sigo pensando que debería mandar un ataque aéreo sobre esa base y matarla.

-Creo que ese odio visceral contra esa mujer le ciega –señaló la voz- lo cierto es que es un simple grano en una enorme playa. Ni siquiera se puede considerar una molestia.

-Y aún así ha acabado con uno de sus equipos –replicó Doc-. Más les valdría no menospreciarla como hice yo. Parece tener muchos recursos.

-Simple suerte –dijo la voz-, nada más. Céntrese en sus estudios y déjenos a nosotros lo demás.

-¿Cuándo tiempo más esperarán? –preguntó Doc-. Creo que ya va siendo hora de acabar con esos malditos zombies de una vez. Nuestro objetivo se ha cumplido.

-El grupo lo está debatiendo –respondió la voz-, y seguramente no tardaremos mucho en poner en marcha los mecanismos para volver a recuperar las ciudades. Así usted podrá volver… a la tranquilidad de su laboratorio.

-Eso espero –dijo Doc- Este sitio comienza a ser aburrido. Nunca pasa nada interesante, y el gordo del informático está acabando con mi paciencia. No entiendo cómo alguien cómo él pudo sobrevivir.

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