Jornada 10. El final del principio II (XII)


Pero en un par de minutos los primeros zombies que habían recibido las descargas se cayeron al suelo como si hubieran sido fulminados.

-Parece que funciona –dijo el general con un ápice de esperanza en su voz.

-La electricidad debe de estar cortocircuitando sus cerebros –dijo Henry-, pero no creo que podamos mantener mucho tiempo ese voltaje. Más temprano que tarde el generador se quemará y dejará de funcionar.

-Pues tendremos que ayudarle. ¡Fuego a discreción!
Los soldados comenzaron a disparar sobre los zombies.

Las cabezas de los zombies comenzaron a explotar y los cuerpos comenzaron a acumularse al pié de la verja principal. La mayoría de disparos iban dando en su blanco y los soldados no dejaban de disparar, cada uno a su ritmo, pero sin descanso. Los soldados cambiaban los cargadores mientras sus compañeros seguían disparando.

Los casquillos se iban acumulando a sus píes en una cantidad que Henry nunca había visto. Y seguramente tampoco el general. Pero por más zombies que dejaran sin cabeza éstos no parecían cejar en su empeño y otro problema se estaba comenzando a formar. Los zombies continuaban avanzando pisando a los caídos, haciendo más difícil que los defensores pudieran disparar a gusto, cada vez que aparecía un zombie le disparaban, pero cada vez que caía un zombie otro pasaba por encima, y poco a poco se iba formando una especie de rampa a los pies de la verja hasta que el primer zombie cayó al suelo en el interior de la base.

Los zombies estaban dentro.