Los monitores desde los que se comunicaban los cardenales que no se encontraban en la Santa Sede se habían repartido en un semicírculo, apilados casi como si fueran un triángulo. Podían ver y escuchar lo que estaba pasando e intervenir de considerarlo necesario.
Poco a poco los cardenales fueron tomando asiento en los lugares que se había habilitado. Se trataba de una sala destinada y preparada para dar conferencias y tenía el suelo inclinado hacia abajo con un estrado desde el que hablaba el ponente.
El camarlengo aguardó en silencio encima de la tarima esperando a que los murmullos cesaran. Una cámara le seguía y permitía a los que no estaban ahí presentes físicamente poder verle. Otras cámaras se encargarían de enfocar a los cardenales presentes cuando tomaran la palabra.
Se aclaró la garganta y dio comienzo a la reunión.
-Queridos hermanos, estamos aquí reunidos para decidir el futuro de nuestra religión. Se avecinan tiempos oscuros y es nuestro deber preservar nuestra fe.
>>El Santo Padre ha regresado de entre los muertos. Pero no ha regresado su alma. Es un aviso de lo que nos espera en el futuro. A lo largo del mundo los muertos se están alzando y no podemos hacer nada para impedirlo. Debemos tomar medidas para conseguir que nuestra fe y nuestros feligreses sobrevivan a la plaga que Dios ha lanzado a este planeta como castigo por su desidia.
Los cardenales parecían mostrarse algo incómodos con el discurso catastrofista que estaban escuchando.
-¿Qué pruebas tiene de esta… plaga camarlengo? ¿Y qué quiere decir con que el Santo Padre ha regresado sin alma?
-Desde el primer momento el Santo Padre ha mostrado una violencia inédita en él, además no da muestras de vida… médica. No respira, su corazón no funciona, su… olor corporal es nauseabundo, como el de un muerto… hice llamar al padre Xavier, que como todos sabrán tiene ideas algo radicales sobre el futuro de nuestra Iglesia, pero está versado en la ciencia moderna, y parece que en África ya han tenido lugar sucesos semejantes, muertos que vuelven a la vida. Parece una locura, pero el Santo Padre no parece estar vivo, ni albergar inteligencia alguna.
>> Además, hace unas horas me he reunido con el presidente de la República que me ha confirmado que ya han comenzado a suceder casos parecidos a lo largo y ancho del país.
Los murmullos se incrementaron al escuchar los cardenales sobre la reunión.
-Pero, seguramente, las fuerzas de seguridad italianas podrán luchar contra el problema, estamos hablando de ¿unas decenas de muertos? No parece que sea muy complicado acabar con ellos.
Varios cardenales asintieron al escuchar la opinión de su hermano.
-Me temo que no es tan sencillo. Al parecer estos muertos vivientes tienen la habilidad de convertir a los vivos en seres como ellos mordiéndoles o matándoles. Son extremadamente violentos y no se les mata con métodos normales. Si se trata de quemarles seguirán avanzando hasta que se conviertan en cenizas, las balas no les hacen nada salvo que se les dispare a la cabeza… me he estado informando al respecto.
-Entonces, ¿Qué propone? –preguntó uno de los cardenales.