Henry apretó a fondo el acelerador:
-Darle el descanso final -dijo mientras, sin pensárselo dos veces lanzaba el suburban contra el niño y le pasaba por encima. A continuación giró y dirigió el vehículo en dirección contraria al incendio y a un par de vehículos de policía que había enfrente de la puerta de la casa de Ellen.
Se alejaron rápidamente de sus casas, Ellen evitó mirar atrás y a los lados
-¿A dónde vamos?
Henry que de vez en cuando miraba a los lados podía ver ahora claramente que había poco que hacer por los vecinos de las casas colindantes, o les mataba el fuego, o lo harían los zombies:
-Vamos a buscar a la familia de Sarah, es lo menos que puedo hacer.
Ellen asintió en silencio. Pasados unos minutos las calles y las casas parecían estar tranquilas. Nadie sospechaba lo que estaba pasando. Y él no tenía tiempo para ir casa por casa para explicarlo… bueno, ¿cómo iba a explicarlo?
Antes de que pudiera responder a su propia pregunta llegaron a la altura de la casa de la familia de Sarah. Henry cogió la escopeta e indicó a Ellen que se quedara en el coche esperando.
Se acercó a la puerta y tocó el timbre de forma nerviosa y rápida. En unos segundos una luz interior indicaba que había gente en casa. Por ahora iba bien. Jonathan, el marido de Sarah abrió la puerta y se quedó mirando a Henry.
Deja un comentario
No hay comentarios aún.
Deja una respuesta