Jornada 4: Henry, el ingeniero industrial (XIII) Por JD


Unos golpes en la puerta le despertaron. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Horas? ¿Minutos? Bajó al recibidor y abrió la puerta, donde se encontró con una agitada Ellen que parecía estar sin aliento, le miró con miedo en los ojos.
-Mi perro, Henry, se están comiendo a mi perro.

Henry no entendía nada, hizo que Ellen entrara en su casa y miró como a lo lejos había una unidad de bomberos intentando apagar un pequeño incendio. Le ofreció un vaso de agua mientras le invitaba a que se sentara.
-¿Qué sucede? -le preguntó finalmente.

Ellen vivía unas casas más abajo, o arriba dependía de cómo lo vieses. Se le quedó mirando, con las manos temblando:
-Un ruido extraño me ha despertado, he escuchado a Harry, mi perro, ladrar, y me he asomado a la ventana para ver porqué armaba tanto jaleo, de repente ha soltado un gruñido y se ha quedado en silencio. Nuestro vecino, el señor Asus, ¡¡le estaba mordiendo!! No me lo podía creer, he abierto la ventana y le he gritado que se apartara de Harry, entonces ha levantado la cabeza, tenía… era horrible, el pobre Harry… -comenzó a sollozar-. Asus se ha levantado y ha intentando entrar en mi casa por la puerta de atrás. Yo no sabía qué hacer, he llamado a la policía, y luego he salido corriendo por la puerta principal y he venido hasta aquí. Asus se ha vuelto loco.

Henry le ofreció otro vaso de agua. Y la dejó en la cocina mientras iba a la puerta principal. Escuchó a lo lejos unos disparos, ¿Qué demonios estaba pasando? Abrió la puerta y vio un coche de policía a la altura de la casa de Ellen. Un agente salía corriendo de detrás de la misma mientras hablaba por radio, “Central, necesito refuerzos y una ambulancia, un oficial ha caído, le hemos vaciado un cargador cada uno y no se ha inmutado, se ha lanzado directo a por Frank, está muerto… ¿central?”

A lo lejos las llamas en lugar de extinguirse parecían haberse propagado a la casa de al lado, ¿qué estaban haciendo los bomberos? Trató de encontrarlos con la mirada, pero sólo consiguió ver la manguera que soltaba agua al aire y se movía como una serpiente en el aire, sin nadie que la manejara. Comenzó a escuchar gritos y chillidos por diferentes casas y de repente de la casa de enfrente salió el vecino gritando mientras su hijo parecía asido a su pierna mordiéndola brutalmente. Fue entonces cuando Henry lo comprendió, le vino a la cabeza una frase que decían que era de Sherlock Holmes y que había leído en alguna parte, cuando no puedas descartar nada más, lo que quede, por improbable que sea, será la respuesta: ¡¡ZOMBIES!!

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